Me preocupa este mundo de papel que apuesta por una realidad que va y viene por los cables pero que no podemos oler.
Me gusta guardar recuerdos en cajas... y ahora comienzan a ocupar bytes.
Opto por los libros que se arrugan y amarillean.
Respiro tranquila al pensar que leer no tiene sinónimos y no podrán pisotear su esencia.
Me encanta rechupetearme los dedos después de meter la mano en alguna cacerola de esas que me conquistan por sus aromas.
Vestir ropas de hilos... hilos con los que tejer sonrisas. Ropas que se ensucian al vivir.
Disculpadme, voy a chapotear en los charcos primaverales.
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